Dieta balanceada anti crisis
Frutería Cepeda, Madrid/www.butarque.es
Laura Mulatero | Valencia
No es una sorpresa para nadie que la crisis haya alterado muchos aspectos de la vida, como el económico, el social, el laboral y el alimenticio. Los hábitos alimentarios resultan sumamente importantes para una persona, pues de esto depende su rendimiento. Más aún lo que comemos y su respectiva cantidad depende de nuestro estado de ánimo.
En este sentido, cabe destacar que, pese a la mala situación financiera del país, el sector de la alimentación se mantiene fuerte como lo indica los datos aportados por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), que en 2011 las ventas crecieron un 1,7% con respecto al año anterior, lo cual puede deberse al estado emocional de los españoles. Un ejemplo de cómo nuestra situación psicológica puede afectar nuestra alimentación lo encontramos en quien sufre de obesidad, que consume cuando no tiene hambre para bajar los niveles de estrés. Siguiendo esta línea, un estudio del Instituto Sondea para Herbalife constata que, desde el inicio de la crisis, el estado continuo de ansiedad y el desamino por el momento económico impulsa a los españoles a comer más, para ser más precisos, uno de cada cuatro ha engordado 7 kilos y la mitad considera que es culpa de la crisis.

Sin embargo, este no es el único motivo por el que los hábitos han cambiado. Paloma March Díaz, farmacéutica y nutricionista, afirmó que “por la crisis se consumen menos productos de calidad que son peores porque contienen más calorías”, también añadió que “por comodidad se come mal, ya que en muchos casos, el hambre de los niños se resuelve con bollería industrial antes que un bocadillo o una macedonia de frutas”. Lo que conlleva una mala nutrición y que el 26% de los infantes tenga sobrepeso según la OCDE.
Ante este problema facilitaremos una serie de consejos de cómo mantener una alimentación balanceada sin salirse del presupuesto:
- Consumir más frutas y verduras de temporada, son más baratas y contienen más nutrientes, como por ejemplo alcachofas, naranjas, y lechugas de varios tipos.
- Con respecto a las proteínas, una buena opción es la sardina, es más barata que el salmón y tiene más calcio y omega-3 en las pequeñas espinas que normalmente comemos sin darnos cuenta.
- Comer más pollo y menos carne.
- Hay que retomar la costumbre de ingerir legumbres porque son una fuente de proteínas baratas.
- Para los niños reticentes al pescado una alternativa son los huevos que contiene la proteína más rica que existe si se combina la yema con la clara. De 2 a 3 veces por semana.
- Disminuir radicalmente el consumo de bollería industrial. En la merienda es preferible la fruta. Inculcar a los niños en el consumo de bocadillo o fruta en forma de macedonia con canela o batido.
- Comer 5 veces al día en pocas cantidades.
- Saltarse el desayuno es un gran error, el estomago se encuentra en su mayor actividad desde las 7 am hasta las 11 am. Además, la carencia de un desayuno aumenta las posibilidades de engordar.
- La educación alimentaria es primordial. Todo lo que exijas comer has de consumirlo tú también.
Los consejos proporcionados son una parte de la dieta mediterránea, un estilo de vida saludable que los nutricionistas manifiestan que se ha ido perdiendo con la llegada de la comida rápida, acentuada por la crisis, y que debemos recuperarla si queremos mejorar nuestra calidad de vida y la percepción hacia nosotros mismos.
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