Cómo encontrar el corrector ideal

29.04.2014 20:35

 

El corrector de maquillaje ayuda a que los resultados sean mejores | Foto: Mary Kay

Laura Durà | Castellón

Dice la canción de la conocida Marilyn Monroe que los diamantes son el mejor amigo de la mujer. Pero lo que no que es realmente el mejor aliado es el maquillaje, tanto de las mujeres como de los hombres. Un mundo entero de productos que pueden ayudarte a parecer más bello/a, más joven, etc.

Sin duda alguna, el auténtico aliado es el corrector. Pero cuidado, porque si no sabes cómo utilizarlo o cuál usar puede convertirse en tu peor enemigo. Son muchos los colores y las texturas de esta arma de doble filo que puede ayudarte a corregir tus imperfecciones, desde las más pequeñas a las más significativas. Aunque solo si sabes hacerlo.

Varios colores

Existen varios tipos de corrector de maquillaje según la zona que se desee cubrir –granitos, imperfecciones, ojeras, etc. –. Cada corrector funciona con su círculo cromático, y cada uno tiene su propósito.

Para deshacerse de las imperfecciones provocadas por zonas enrojecidas de la piel o por espinillas o venas, el color de corrector indicado es el verde. Aunque suene extraño, el tono verdoso tapa el rojo de las imperfecciones y, con la base de maquillaje quedará imperceptible. Si se es muy cuidadoso en la aplicación, este corrector puede llegar a disimular cicatrices y rasguños.

El corrector azul ayuda a corregir las imperfecciones de pieles oscuras o negras. Así, se consigue una piel más pareja. Este tono también es el ideal para solucionar los casos de manchas naranja producidas por el autobronceador.

También podemos encontrar el contrario al azul: el naranja. Este tono es el idóneo para las pieles blancas. La tez pálida puede provocar que se marquen las venas azules más notorias, pero el naranja hace que este tipo de piel parezca perfecta.

El morado es el aliado perfecto para las pieles asiáticas. También es el mejor amigo de las personas con subtonos aceitunados. Este tipo de corrector ayuda a cubrir manchas o zonas amarillas.

El color rosa ayuda a las pieles opacas y les da vida. También funciona en la piel blanquecina y puede llegar a funcionar como iluminador. El blanco es el ideal para disimular las manchas rojas, pero no es muy recomendable, ya que si se abusa de él puede crear un efecto “mapache” nada agradable y muy poco favorecedor.

Dime de qué color es tu ojera…

 Según el color de la ojera, se necesitará un tono de corrector u otro. Para aquellas con tonos morados –aunque no tan marcados– el ayudante perfecto es el color amarillo. Es el mejor para disimular las ojeras producidas por las pocas horas de sueño y funciona a la perfección en una aplicación rápida para estar lista en pocos minutos.

Otro clásico es el corrector de color piel. Funciona para verte más despierta y actúa eficazmente en las ojeras oscuras –que no profundas–. Aquellas con tonalidades lila, rojo, amarillo, etc. también desaparecerán bajo la aplicación de este tipo de producto.

La textura sí importa

En los correctores, no solo importa el color. También es muy importante la textura del producto a utilizar. Según Lewis Amarante, maquillador oficial de Max Factor, la clave de un buen acabado es escoger la mejor textura.

Los correctores líquidos son los más sencillos de usar, aunque no ofrecen una cobertura muy pareja. Algunos suelen incluir iluminador para dar un toque de descanso a la piel. “Es el mejor para el cutis normal o seco”, afirma el maquillador.

El producto en barra es más denso y perdura más en la piel. Recomendado para los casos más marcados y es recomendable en todo tipo de piel, “aunque hay que ir con cuidado con el cutis seco”, ya que pueden aparecer resequedades.

Existe un punto intermedio entre estos dos tipos de correctores: la crema. Se consigue en pequeños tarros o platitos y suele ser aplicado con brocha o con los dedos. Cubre ojeras y zonas oscuras como esquinas externas de la nariz. Lewis advierte de que “puede correrse y desaparecer tras varias horas”.

Los correctores en textura lápiz se han ido posicionando poco a poco. No son los más efectivos pero ayudan a perfeccionar la forma de los labios –un infaltable si los maquillas con labiales fuertes–.

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